El payaso está de regreso, y los niños han crecido en la segunda parte de la novela de monstruos de Stephen King, que inspira una secuela demasiado larga pero adecuadamente aterradora.
Una elaborada película de terror divertida que presenta trucos emergentes y asusta a boogie-boogie de manera constante como para excusar su historia y su importante tiempo de ejecución de 169 minutos.
Ahora tiene, como una especie de cigarra malévola, sin explicación de cómo pasó el intervalo. En cambio, y lo que es más interesante, Muschietti se pone al día con los protagonistas originales y recorre dónde está cada uno de ellos cuando recibe la llamada urgente de Mike. Richie (Bill Hader) se ha convertido en un cómic de pie. Siempre nervioso, Eddie (James Ransone) es natural para una carrera en evaluación de riesgos. Un novelista exitoso, Bill ( James McAvoy , una curiosa elección) ha encontrado trabajo en Hollywood. Ya no es la marimacho, Beverly ( Jessica Chastain ) se casó con un cretino rico, que la golpea. Y Ben (Jay Ryan) se ha encogido para convertirse en el cisne no oficial de la pandilla, sin dejar rastro del patito inadaptado (Jeremy Ray Taylor) que conocíamos antes.